O
de los Godínez de la falsedad oficial noticiosa en Quintana Roo
Hace unos días, supimos de un terrible
accidente vial ocurrido cerca de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, donde perdieron
la vida siete personas, y otras cuatro resultaron heridas. El hecho se debió
tal vez por un accidente producido por fallas mecánicas o los siempre
descontroles humanos y las imprudencias fatales que pueden presentarse cuando
cualquier persona maneja un vehículo motorizado: la incertidumbre al manejar,
hasta para el más experto al volante, siempre sucede. Sin embargo, más allá de
las obligadas averiguaciones judiciales para deslindar responsabilidades, este
accidente dio pie para que más de un miserable paniaguado del borgismo
cacaseno, ladrara sus falsedades y politizara hasta la náusea los hechos, pues
resulta que el accidente se dio en un convoy donde viajaba el subsecretario de
innovación y desarrollo de SECTUR, Carlos Joaquín González.
Los
que frecuentamos el análisis político, social, histórico y cultural de Quintana
Roo, sabemos que a Carlos Joaquín, el gobernador actual, padre de los borgistas
cacasenos, no lo pasa ni en pintura pues es todo lo contrario a lo que
representa el borgismo corrupto, autoritario y frívolo, y ha creado hasta fórmulas
deturpadas y obsoletas –verbigracia, el Quintanarroísmo- para tratar de excluir
a Carlos Joaquín González, de la contienda electoral por la gubernatura de ese
estado.
El
mismo día de los hechos, por la noche del 21 de noviembre, y por su página
oficial de Facebook, Carlos Joaquín González, con un inocultable sentido humano
y cercano a la aflicción de los familiares de los deudos, escribió lo
siguiente:
Con gran pena recibí la noticia del accidente automovilístico en la
carretera cercana a Carrillo Puerto, en donde lamentablemente diversas personas
perdieron la vida o se encuentran gravemente lesionadas, algunos de ellos
familiares y compañeros muy cercanos.
A las personas que tienen la pena de haber perdido a sus familiares, les
expreso mis respetuosas condolencias y me pongo a sus órdenes por si puedo
auxiliar en modo alguno este delicado trance.
Mi equipo y un servidor estaremos personalmente al pendiente de quienes se
encuentran lesionados, esperando que muy pronto mejore su estado de salud.
De la misma manera estaremos muy atentos a las investigaciones que lleve a
cabo la autoridad competente.
Mi familia y un servidor nos unimos a las oraciones de todos a quienes nos
ha afectado este desafortunado accidente, para transmitir esperanza a quienes
están sufriendo las consecuencias de este infortunio.
Y a pesar de que el subsecretario haya
recalcó que estaría muy al pendiente de las investigaciones respectivas, no
había completamente terminado de saberse la noticia, cuando uno de los más
inefables e impresentables locutores mercenarios del Borgismo cacaseno, el
oficioso hasta el punto de descreer de corrientes democráticas y éticas dentro
del partido que gobierna actualmente Quintana Roo, David Romero Vara, desde sus
desprestigiados programas de radio y medios de internet exigió a Carlos Joaquín
y al coordinador de su precampaña “no encubrir a los causantes de este terrible
accidente que ha enlutado a varias familias de la región”. ¿Cree el chayo de la
radio que dirige David Romero, que todo en Quintana Roo es borgismo
cacaseno, dónde está la credibilidad y la fuerza periodística de un besamanos consuetudinario
del poder político en Quintana Roo, como para suponer que todos nadan en el
mismo pantano de la prostitución jurídica que ellos?
Todos
sabemos que David Romero Vara, no es un líder de la noticia en Quintana Roo,
es, sí, un funcionario público, o cuanto más, un Godínez del boletinaje que
labora en el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social.[1]
Desde ahí, pertrechado con sus boletines oficiales y su consigna oficiosa de
decir lo que sus patrones políticos le dicen que diga, se presenta ante el
público quintanarroense como un “líder de la noticia” en Quintana Roo, sí, pero
de la noticia avalada por los censores oficiales en turno. David Romero, hay
que apuntar, es una especie de trilobites de la oficialidad periodística,
anterior al boom de la noticia independiente en el auge de los medios de
internet y las redes sociales, que han ciudadanizado y liberado de ataduras de
la voz y la verdad oficial, a la noticia secuestrada por personeros y esbirros
oficiales como el que representaba icónicamente, personajes como Romero Vara; y
el hoy gris, moribundo y falto de todo crédito, Diario de Quintana Roo, así
como otros “analistas” políticos que trabajan para el Sistema Quintanarroense
de Comunicación Social.
Frente
al periodismo parasitario de la verdad oficial, algunos medios de prensa
independiente en Quintana Roo, se han constituido, durante el sexenio borgista,
en un dique de la razón acotada por la sinrazón oficiosa: Noticaribe se
refrenda en su lucha por la verdad y el cuestionamiento de las larvas
políticas, Luces del Siglo ha sido víctima de los atropellos autoritarios,
Pedro Canché y Lydia Cacho han aguado la frivolidad cretinezca del borgismo
arrabalero. Periodistas Quintana Roo, una página que, al parecer, dirige el
periodista Javier Chávez Ataxca, es otro medio interesante para analizar la
grilla del patio quintanarroense. Sin embargo, en su muro del Facebook, el
periodista Chávez Ataxca, en un avance de su columna Alerta Roja, especial para
Periodistas Quintana Roo, en su lectura del accidente, apuntó algunas “reacciones
tendenciosas ante las muertes”. Dice Chávez, que el responsable del accidente,
un chofer que manejaba una Lincoln, al parecer causante del accidente, “hirió
de paso las aspiraciones de su jefe Carlos Joaquín”.
Descreo
de esa apreciación de Chávez Ataxca, y por el contrario, considero que hay que
elogiar la reacción responsable de Carlos Joaquín desde los primeros momentos
de la tragedia. Vaya, te digo, Chávez Ataxca, que un accidente se da en todo
momento, en tantas idas y venidas los accidentes automovilísticos se presentan,
y esto no tiene nada que ver con las intenciones políticas de nadie. Chávez Ataxca, en su texto, manifiesta sobre
esa “politización de la tragedia”:
Eso que llaman politización de la tragedia no podía ser más certero, ya que
predominan posturas convenencieras en función de sus apuestas y filiaciones con
determinado bloque de gladiadores que disputan la candidatura priista a la
silla de Palacio de Gobierno. Porque si José Luis Toledo Medina estuviese en
esta situación tan adversa –sobre todo para las víctimas y sus familiares –,
sin duda los simpatizantes de Carlos Joaquín los habrían linchado en redes
sociales, cambiando las banderas blancas de la victimización por el hacha y el
estilete.
Hasta ahora, no he visto una clara “victimización”
de los hechos ocurridos el 21 de noviembre pasado, como sí refiere Chávez
Ataxca. Por el contrario, desde mi óptica de analista, lo que he visto es una
respuesta de los Godínez oficiales borgistas que, al no poder saber cómo parar
el incuestionable prestigio y el favor masivo hacia la figura de Carlos Joaquín
González, se valen de cualquier medio para tratar de enlodarlo, aunque sus
empresas abyectas les salgan por la culata de su desprestigio como chayos de
las verddes oficiales, Por eso me sorprende las apreciaciones de Chávez Ataxca.
Este artículo, ¿tiene tintes del "periodismo" borgista cacaseno, o es
mi particular interpretación? No concibo a su autor como parte del redil
oficial (al contrario, es una voz que necesitamos para tratar de entender el
Quintana Roo actual, y su trabajo es más que necesario), pero nadie que no sea
un borgista, es el que politiza el asunto: los que han politizado, o tratado de
politizar, y al mismo tiempo, de ser jueces y partes, son los borgistas
oficiales.
Los
hechos acaecidos hace unos días cerca de Felipe Carrillo Puerto, hay que verlos
como son: un terrible accidente cuyos causantes (no delito, es un simple
accidente) deben responder acatando el debido proceso legal. Nadie sino el
borgismo criminal y sus Godínez de seudo periodistas politizan la tragedia.
[1] “Rompeolas: David Romero
Vara o el inescrupuloso uso de recursos públicos para fines personales”. Noticaribe, 14 de abril de 2014.
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