A los que me critican que el café se toma
sin azúcar
y no con azúcar como yo frecuento,
y no con azúcar como yo frecuento,
les diré que me vale una reverenda chingada lo
que piensen
y si me he de morir,
pues me muero almibarado de amor por mi
taza de café con azúcar.
Sigo diciendo que me vale una reverenda
chingada sus consejos de salud,
yo seguiré exigiendo, como la negra,
¡azúcar!
y al diablo la salud y los veganos y sus
primos los marcianos
y las comidas pedorramente saludables y sin
gracita
y los enfermos que critican a la coca cola
validos de una ideología que no entienden
y
los que son amargos e insípidos del alma
y los que no comen barra con mantequilla y
azúcar
y los que van todo el puto día al gym para
eliminar panza y sacar culo
y los que quieren estar flacos aunque se
les estire la tripa del hambre
y los que comen ensalada en vez de mondongo
y cochinita los domingos
y
los que todo el día se toman brebajes saludables
y toda esa bola de enfermos que no le
entran a los tacos como dios manda.
A los que me critican por eso,
les digo simplemente, como la negra,
¡azúcar, cabrones!
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