La verdad, no creo a priori en
las caras nuevas de Morena Yucatán como Rogelio Castro o Jazmín Villanueva,
ambos, diputados de Yucatán, el uno federal, la otra estatal. Ellos están ahí
no por un trabajo político previo, hay que decir, ni por una solidez de lucha
concretizada en acciones desde abajo, sino por simple y buena suerte del destino,
del sorteo del morenaje para dividir sus plurinominales.
En la larga tradición de la política
yucateca, los idiotas llegan al poder por medio de las componendas y los
amiguismos de su partido (sea el PAN o el PRI), ahora la gente de bajas luces y
sin solidez en la lucha política mediante sus dos vertientes (la praxis y la
teórica), llegan por un golpe de suerte, porque la bolita les cayó en un día
feliz y les cambió la traza de su anublamiento existencial, de su masificación
tumultuaria, de su poca individualidad.
Creo yo que ese sistema implantado por
Morena en Yucatán y en todos los estados, ha generado liderazgos de suertes
que se caen o desinflan a la menor crítica posible. Eso no es el pueblo, y como
dijera Lenin, el pueblo es imbécil por naturaleza. Esos liderazgos acríticos no
saben qué hacer con la tremenda responsabilidad de representar a la oposición
en este país donde los pesos pesados, los políticos profesionales como los
Gamboa Patrón o los Manlio Fabios, se los comerán tarde o temprano.
Creo que los sorteos para elegir candidatos,
aunque fueron defendidos por los cerebros de Morena ( Héctor Díaz-Polanco defendió
la insaculación y refirió raíces griegas de este “melate” “democrático”), a la
larga serán muy contraproducentes: en primera, se eligen a personas que a veces
no tienen ni idea de lo que se juega en el legislativo; en segunda, sus pocas
luces generarán una serie de parásitos asesores que abultarán el presupuesto; en
tercera, en vez de popularizar la política, la vuelven chafa, la vuelven
chambona, y ponen el destino de muchos en figuras pedestres venidas por una
suerte traicionera a excluir a tantos hombres y mujeres de izquierda que, si no tuvieron
la suerte necesaria en la bolita, por el contrario, sí tienen la experiencia, sí
tienen el criterio, y sí tienen las herramientas para cortar en seco las ansias
pantagruélicas de los políticos profesionales.
Pero vale el derecho a la duda,
esperemos que Rogelio Castro y Jazmín Villanueva demuestren que están ahí,
además de por un patente y claro golpe de suerte, porque sí tienen los
elementos para defender los intereses del pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario